La simpleza de mis proyecciones no alcanza a entrecerrar los párpados, todo lo que tenemos que hacer es tomar al mundo en nuestras manos, hacerlo nuestro, la vida está detrás de la puerta, intentar detenerme es tan en vano como pretender oir a un mudo y tarde o temprano el tiempo va a hacer su trabajo. Su demencia sólo me hace más fuerte.
Mientras las velas caen, todo lo que sé comienza fortuitamente a girar, caigo al pavimento sofocada en miradas furtivas; los faroles tenuemente se apagan mientras soy todo lo que soy. Clavame un puñal donde más te plazca pero no te vas a llevar mi cordura, Todo lo que veo, todo lo que respiro es por lo que camino. Sólo una alucinación autoinflingida, aferrada a mi pecho para no desfallecer.
Este oxígeno plagado es mi único narcótico.
2 comentarios:
Uf! Me encantó. Conciso y duro a la vez.
Coincido con el comentario de arriba, ojala tus cosas mejoren.
Animos!
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