Te extraño , se que fui tuya más de una vez
Esta longevidad que me separa de tu mano delgada, color perla, me condena . Los cacharros se oxidan, el polvo colorea de gris las ventanas mientras sentada en el suelo helado aguardo a que vengas a buscarme y me abraces , para irnos a dormir sin reloj.
Los párpados se cierran, el sonido inmaculado de mil cuerdas siendo rozadas cuidadosamente , se hace de mi, el tacto de unas yemas tibias acaricia mis pómulos o así se siente cuando vibras conmigo desprendidas de lo que fueron nuestros huesos.
"Te encontré al fin" susurro.
"Te estaba esperando" me respondes.