sábado, 23 de octubre de 2010

Distancia

En el punto de inflexión entre lo que pasó y lo que tiene que pasar, el preciso momento en que lo único que necesitas es huir y ni siquiera sabés de qué exactamente. Cuando la sumatoria de tus errores te entierra en el lugar en el que estás parado. El inconciente te juega una mala pasada, la memoria te traiciona. Simplemente olvidás todo, a todos. La necesidad de empezar de nuevo es tan grande que no medís las consecuencias de tu carrera contra lo invisible, solo pensás en vos mismo, porque de eso se trata la supervivencia. Y cuando de eso hablamos, mucha gente sale lastimada y la caida de ficha llega demasiado tarde, tan tarde que lo perdiste todo y ya no hay retorno posible.
Y todos estos meses de felicidad que conseguiste con tanto esfuerzo encuentran una pared y ya no queda más que lamentarte por el daño que causaste en el intento de ser libre. Cuando a pesar de todo sabés que todo lo que sacrificaste vale el precio de lo que tenés ahora.

jueves, 14 de octubre de 2010

Instantes

Un pétalo cae de tu piel, es hora de renacer. Todos los gritos ahogados en tu pecho desenlazan el nudo en la garganta y este, al fin se vuelve humo. Una hoja más de papel que ya no está, consumida por el tiempo. Todo el dolor y la miseria que pasamos nos hace quienes somos ahora, cuando al fin llegamos al borde del camino. Porque no terminó, porque cuando el camino se bifurca  levantas las memorias en alto para que determinen por cual de ellos continuar. Cada vivencia, cada momento cuenta. Nada se da por mera casualidad, somos elecciones, en cada segundo estamos decidiendo lo que volará el instante. Inevitable. Inevitable fue cada punzada, cada gota de sangre, cada lágrima escondida en la almohada y no te arrepentís porque todo eso fue parte del proceso de gestación de la persona erguida, orgullosa que sos. Saliste airosa de todo y ahora simplemente le lanzás una carcajada al destino.

Una hamaca que se mece, una mano se entrelaza con la otra. Tus dos manos. Un tallo que es elevado por el viento. La lluvia se seca en el vidrio. Si ahora estás sentada obvservando el mar estallar en el acantilado es por tus ojos, por tus brazos , por tus piernas, por cada centímetro de piel que fuiste, que tranformaste. Por cada imagen que explotó en tu mente cuando cerraste los párpados. Si el cielo es de color es porque vos lo pintaste así.
El segundo de introspección en el que encontraste la pieza perdida.  La respiración contenida. Cada marca en tu cuerpo lleva escrito tu destino. Cada instante es una historia. El pasado es la esencia del futuro.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Frenética multitud

Pogo en la capital, gente que viene y va. Saltan sin parar y observan sin contemplar. Gritan en el fragor de la música. Agitan sus brazos frenéticamente. Desertores de la vida que llenan sus agujeros invisibles a los ojos con el fervor de riffeos interminables. Sus corazones golpean, sus puños golpean. Anestesiados por la fiebre esperando recibir el golpe de vuelta. Dan vueltas. Se pierden en el mosh, aquel segundo inconstante e incomparable en que las mentes escapan y huyen a un lugar individual e irreemplazable, único para cada uno. Porque incluso en la aglomeración se encuentran solos.  El Extasis es distintinto en cada uno de ellos. Sus cuerpos entumecidos de cansancio ya no se encuentran allí. Comienza a llover y nadie se da por enterado y compulsivamente  continuan empujándose, golpeandose, saltando, artífices de la euforia de la que se alimentan. Cabellos largos y crestas que destilan agua, salpicándose entre sí, sacudiéndose por todos lados. Cuerpos húmedos rozándose, el vapor comienza a elevarse en todo el panorama y el piso sigue sacudiéndose cada vez más fuerte a los pies de la multitud .  Y yo contemplo radiante la escena desde un rincón y vivo mi propia fiesta.

sábado, 2 de octubre de 2010

Una gota de tinta en el pentagrama

Escribo porque así asfalto los senderos de mi mente. Mi forma de tomarle una fotografía a los paisajes que se empecinan en encerraese alli y cada letra es una semilla en terrenos recónditos de mis ideas.
Escribo porque a veces mi guitarra no es suficiente o porque en la infinita red en la que estoy inmersa no encuentro una canción que me represente en el punto exacto.
Porque así o bien acabo con mi ausencia o la intensifico en calidad y ambas son necesarias. Porque  mi abstracción es encontrarme, mi ausencia es una búsqueda y en esos momentos, escribir es mi única señal de vida al exterior.
Escribo porque si no me leo temo perder mi cordura, y lo plasmo en tinta porque necesito algo palpable ante el peligro de perder mi escencia. Es mi entendimiento porque hace tiempo decidí contemplar el mundo como un espectáculo que merece ser visto desde el margen, sin involucrarme, aunque él siempre trate de encontrar la manera de involucrarme a mi, quizás jamás aprendí a vivir. Porque intentando evitar las caidas me olvidé de aprender a caminar. Porque pensaba que analizando todo y tratando de encontrar etiquetas para cada aspecto de mi,  iba a volverlo más propio pero siempre, siempre, me enriedo en mis ideales. En mi absurdo intento de reconocer y mantener un completo control sobre mi misma, terminé tirando mi juicio por la borda con el único deseo de  huir lo más lejos posible. Dicen que cambiando de lugar, no se escapa de los problemas, pero yo no lo creo. Todos mis demonios ni siquiera me pertenecen, son la sombra de matices inestables de otros. Mis fantasmas se quedan donde nacieron, con sus progenitores. Yo me voy a buscar los mios propios.
Escribo, porque en cada palabra creo estar construyendo ante mis ojos, proyectando aquello que mis manos quisieran alcanzar, sostener en la realidad, porque así me es más fácil comprender lo que veo. Cada letra es un ladrillo en mi aquitectura del mundo, mi modo de pintar el universo, de pintar el silencio en el pentagrama de mi vida-