sábado, 17 de agosto de 2019

A veces apoyo mis ojos en el umbral de la ventana y pienso que ya lo ví todo, a veces apoyo mis labios en el vidrio congelado, empañado y las gotas que caen se unen al vaho de mi aliento, al vago rumor del tiempo, mientras pienso que ya lo dije todo.
A veces apoyo mis oídos en la rendija de la puerta y pienso que todos los pasos que escucho ya pasaron por ahí y que nada va a volver a sorprenderme o a cautivar mi atención.
A veces observo pero no miro, a veces escucho pero no Me escucho.
A veces escribo. A veces rimo, a veces me tiro al vacío para sentir el peligro de sentir algo.
A veces apoyo la mirada ya cansada , los oídos saturados , los labios secos en el vidrio de la ventana para que se humedezcan, se enfríen , se entumezcan mientras espero que vuelvas .
A veces me olvido de olvidarte.
A veces me olvido de pensarme.
A veces me miro al espejo y me siento la dueña de este mundo
Y hay veces como esta, en que solo soy la gota en la ventana que se une al vaho de mi aliento , que humedece mis labios, los enfría , los entumece. Soy el sonido detrás de la puerta , soy el punto del renglón que me conecta a esta mano que escribe y detecta que a veces soy mi libertad y soy mi condena ,
Hay veces , como hoy , en qué soy la mano que te suelta.

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