lunes, 30 de mayo de 2011

A ciegas

Desgarrame, desarmame, arrancame la ropa, la piel.. pero no te lleves mi motor.
Con el cuerpo hastiado y un espiritu que se debate entre la vida y la desaparición, completamente agotada caigo, me hundo en pensamientos La devoción por lo abstracto, la desesperación por respirar. La paz ansiada y sin embargo los cigarrillos ya no tienen el mismo sabor. Porque esto nunca acaba ni si quiera cuando lo doy por finalizado. Los demonios persisten, se fortalecen, se endulzan y prentenden engañarme. Mis ojos están abiertos.
Encendí las luces y desperté, cuando me arranqué la cabeza y encastré una nueva en su lugar. Si era elección o necesidad ya quedó reducido a niebla.

Morir, ser cenizas y renacer, el tiempo habla.
El tiempo no existe, existen los relojes. El tiempo yace, solo existen los caminos. Todo pasa por un motivo y quizás varios. Causalidad y consecuencias. La pregunta eterna en la que nos cuestionamos que hubiese pasado si las hubiesemos conocido. Probablemente no hubiese corrido el riesgo.
La destrucción ya está cometida. La sangre recorre las paredes, mis tuberias.
Tibia, sigo caminando. A ciegas.

lunes, 16 de mayo de 2011

Nada

"Nada vive sino el ojo del reloj en la torre tétrica, profundizando inútilmente el infinito como un agujero abierto en la arena.
El infinito, rodado por las ruedas de los relojes, como un carro que nunca llega.
La luna cava un blanco abismo de quietud, en cuya cuenca las cosas son cadáveres y las sombras viven como ideas.
Y uno se pasma de lo próxima que está la muerte en la blancura aquella.
De lo bello que es el mundo, poseído por la antigüedad de la luna llena."



L.Lugones.
Todo lo que necesitamos es un poco de paz. Te vas con todo lo que soy y estar perdidos es nuestro único destino, el final de un camino que quisimos borrar. Profundo en el silencio, buscamos algo que nos aleje de tremenda locura, del desastre, de las ruinas.
Deshacerse del pasado, una última mirada de soslayo a estas cicatrices y seguir volando, alto, bien alto. Desplegame las alas.
En mis pensamientos estoy a salvo pero salir se convierte en un deber; Continuar, moverse, estremecer. 
Si olvidar significa morir, entonces moriré y enterarré todas las mentiras.


Desde este suelo al cielo, no voy a parar.



sábado, 14 de mayo de 2011

Latir

Oh mi mente grita, las ideas palpitan y los pensamientos se quiebran. Luchan por desintegrar mi cuerpo, mi espiritu, por pulevrizarme para poder aspirar lo que quede de mi.
Me deshago en el último intento de encontrar mis certezas y todo se torna súbitamente un gran océano de niebla. La atmósfera densa, pesada, aplastante. No puedo apagar las luces de la ciudad, no puedo acallar los labios que se abren y cierran emitiendo sonidos en otra frecuencia. Voces que no paran de mutilar, falacia tras falacia se envuelven hasta quedar convertidas en una avalancha imparable, enferma.
El pánico a rendirme me carcome, no puedo dejar de divisar la imagen de un cuerpo tendido, inerte, diseccionado y es mio. Y finalmente se tragan mi mente, un halo de humo de diferentes colores y matices, ahora opaco. Mi sueño más recurrente.
Los demonios están bajando, quieren hacerse de mi conciencia, manipulan cada uno de los hilos y se acercan, me abrazan, me absorben y dejo mi último respiro y mi mirada clavada en el horizonte que alguna vez pudo ser mio.


miércoles, 11 de mayo de 2011

La simpleza de mis proyecciones no alcanza a entrecerrar los párpados, todo lo que tenemos que hacer es tomar al mundo en nuestras manos, hacerlo nuestro, la vida está detrás de la puerta, intentar detenerme es tan en vano como pretender oir a un mudo y tarde o temprano el tiempo va a hacer su trabajo. Su demencia sólo me hace más fuerte.
Mientras las velas caen, todo lo que sé comienza fortuitamente a girar, caigo al pavimento sofocada en miradas furtivas; los faroles tenuemente se apagan mientras soy todo lo que soy. Clavame un puñal donde más te plazca pero no te vas a llevar mi cordura, Todo lo que veo, todo lo que respiro es por lo que camino. Sólo una alucinación autoinflingida, aferrada a mi pecho para no desfallecer.
Este oxígeno plagado es mi único narcótico.