Qué pasa cuando todo lo que conocías, todo lo que sabías, todo lo que creías de pronto se transforma hasta volverse irreconocible, da un giro de noventa grados y te da la espalda y ahora ves su otro lado, ese en el que nunca te habias fijado? Qué pasa cuando despertás y el reflejo en el espejo ya no es el que viste la mañana anterior, cuando le volvías la cara a ese doble porque no sabías qué podías llegar a encontrar en esos ojos almendrados. Ahora esa metamorfosis a la que le tuviste tanto terror te devuelve su sonrisa más radiante, rota, quebrada, pero auténtica. La disconformidad le da paso a la duda.
Que hacés cuando el único sonido que necesitás es el de tu respiración entrecortada.. por los nervios, por la ternura, por el entendimiento, por la incertidumbre. Sólo querés tu silencio y encerrarte en ese lugar que solo vos y ella conocen. Pero nadie parece darse por aludido y siguen entretenidos en sus ruidosas esperas.
Qué hacés cuando el deseo de que el mundo deje de girar se vuelve realidad? Pero entonces te das cuenta de que estás girando a toda velocidad en un torbellino. La fuerza centrífuga te impulsa hacia los costados y Una vez más y finalmente, notás que su mundo no era tu mundo.
La gente normal cuando accidentalmente se corta, se pone una curita y sigue adelante. Ella seguía sangrando. Eso creía ella y tenía una percepcion bastante escéptica de la normalidad. Su única certeza era que habia algo en si misma que no encajaba en el resto del rompecabezas. Había una pieza que sobraba.
Qué pasa cuando esa dualidad que conforma tu personalidad, realmente muestra sus dos lados, a la vez?
Cuando tus certezas comienzan a tratar de escapar las perseguís, tratás de agarrarlas pero tu mano se hunde en ellas, las atraviesa y ellas como humo desaparecen, como todo aquello tangible en un sueño... y ella últimamente dormía más de lo normal, comenzaba a llamar la atención de los que la rodeaban, aquellos ojos que parpadeaban y nada podían hacer. Porque el mundo que se encontraba dentro de su subconciente era el único que ella quería recorrer ahora y las pequeñas aberturas de sus entretejidas redes eran las únicas puertas hacia el frenesí.
Soñar era el único camino al éxtasis. Por el momento. Hasta el dia en que los monstruos del armario, los unicornios, cuando la tabla floja del parquet debajo de tu cama que devela un tesoro, el País de nunca jamás y el de las Maravillas se hicieran realidad. Repitió algo entre susurros.
Entonces ella corría, se agarraba la cabeza y daba un paso al vacío y salía volando por la ventana. Aterrizaba y saltaba de la azotea del edificio y nunca tocaba el suelo.
Ahora que se habían ido ya no quedaba nada pero no se iba a rendir facilmente. Abrió finalmente los ojos y comenzó a buscar otras certezas en aquel bosque en esa misma realidad.
El cigarrillo en su mano diminuta se apaga y la taza ya no tiene café. Sus pies están frios. Sus ojos avellanados se posan en el amanecer.
Qué sucede cuando la transformación finalmente llega a su etapa final y nadie queda conforme con el resultado salvo vos?
Entonces ella estira los brazos tratando de tocar el sol y se queda sin palabras. Ya no quedan explicaciones y de todas formas ya no quería dárselas a nadie más que a ella misma y a la otra persona que la observaba con una sonrisa de costado dibujada en su rostro de piel fresca, encerrada dentro del espejo.
La miró, fue una mirada larga, inquisidora pero no por eso menos tranquila, llena de dulzura. Ahora sólo hay que decirlo en voz alta- le dijo.
Que hacés cuando el único sonido que necesitás es el de tu respiración entrecortada.. por los nervios, por la ternura, por el entendimiento, por la incertidumbre. Sólo querés tu silencio y encerrarte en ese lugar que solo vos y ella conocen. Pero nadie parece darse por aludido y siguen entretenidos en sus ruidosas esperas.
Qué hacés cuando el deseo de que el mundo deje de girar se vuelve realidad? Pero entonces te das cuenta de que estás girando a toda velocidad en un torbellino. La fuerza centrífuga te impulsa hacia los costados y Una vez más y finalmente, notás que su mundo no era tu mundo.
La gente normal cuando accidentalmente se corta, se pone una curita y sigue adelante. Ella seguía sangrando. Eso creía ella y tenía una percepcion bastante escéptica de la normalidad. Su única certeza era que habia algo en si misma que no encajaba en el resto del rompecabezas. Había una pieza que sobraba.
Qué pasa cuando esa dualidad que conforma tu personalidad, realmente muestra sus dos lados, a la vez?
Cuando tus certezas comienzan a tratar de escapar las perseguís, tratás de agarrarlas pero tu mano se hunde en ellas, las atraviesa y ellas como humo desaparecen, como todo aquello tangible en un sueño... y ella últimamente dormía más de lo normal, comenzaba a llamar la atención de los que la rodeaban, aquellos ojos que parpadeaban y nada podían hacer. Porque el mundo que se encontraba dentro de su subconciente era el único que ella quería recorrer ahora y las pequeñas aberturas de sus entretejidas redes eran las únicas puertas hacia el frenesí.
Soñar era el único camino al éxtasis. Por el momento. Hasta el dia en que los monstruos del armario, los unicornios, cuando la tabla floja del parquet debajo de tu cama que devela un tesoro, el País de nunca jamás y el de las Maravillas se hicieran realidad. Repitió algo entre susurros.
Entonces ella corría, se agarraba la cabeza y daba un paso al vacío y salía volando por la ventana. Aterrizaba y saltaba de la azotea del edificio y nunca tocaba el suelo.
Ahora que se habían ido ya no quedaba nada pero no se iba a rendir facilmente. Abrió finalmente los ojos y comenzó a buscar otras certezas en aquel bosque en esa misma realidad.
El cigarrillo en su mano diminuta se apaga y la taza ya no tiene café. Sus pies están frios. Sus ojos avellanados se posan en el amanecer.
Qué sucede cuando la transformación finalmente llega a su etapa final y nadie queda conforme con el resultado salvo vos?
Entonces ella estira los brazos tratando de tocar el sol y se queda sin palabras. Ya no quedan explicaciones y de todas formas ya no quería dárselas a nadie más que a ella misma y a la otra persona que la observaba con una sonrisa de costado dibujada en su rostro de piel fresca, encerrada dentro del espejo.
La miró, fue una mirada larga, inquisidora pero no por eso menos tranquila, llena de dulzura. Ahora sólo hay que decirlo en voz alta- le dijo.
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