viernes, 2 de septiembre de 2011

H

Tener tanto y tener nada para decir, las palabras se escuchan vacías, silenciosas. en la vaguedad de su significancia profunda, pierden peso por mi agotamiento y quedan enmudecidas una vez más, pegadas a la almohada. 
Me aturden, rebotando sobre las paredes de mi cráneo y contra las de una habitación a la que solo acudo para intentar conciliar el sueño, ineficazmente. Quedan despedidas en el humo del cigarrillo consumido y reflejadas en la espuma de un café servido en madrugadas sin alba.
El eco levitante en la eternidad de mi existencia, Desaparecí finalmente, plegué las alas, pero mis plumas pesan demasiado y el ascenso una vez más se ve limitado. Limites, eso es todo lo que conozco, dolor y violencia por romperlos, jamás entendimiento, nunca consenso. Morir para poder vivir plenamente, ahogarse para poder respirar un aire menos viciado, siempre extremos, eternos granaderos, espías que controlan mientras todo lo que intento es quebrar las cadenas y huir de lo que no me deja ser. Qué somos? Cuál es la esencia de cada uno, si vivimos desde nuestra concepción condenados y moldeados, determinados por factores externos, el entorno. Dónde está la semilla y dónde el estado puro del espíritu. Aún no llego a comprender si soy o si fui, si algún día seré, porque no existimos, nos hacen existir, qué seríamos si realmente fuéramos independientes, si ningún preconcepto del vivir nos fuera inculcado, si nadie nos indujera. El real libre albedrío, que es en sí el más grande de los engaños. Algunos lo ven y luchan por romper las barreras, otros bajan la cabeza y asumen que son aquello que les fue predestinado. Yo lucho porque quiero Ser, porque necesito saber más allá de lo que escucho, más allá de lo que veo, saber por sobre lo que sé. Quiero conocer hasta dónde soy capaz, ser, haciendo caso omiso a las imposiciones y a las excusas y mentiras en las que estoy obligada a transformar mi realidad. Y una vez más me pregunto, sería lo que soy si  jamás hubiera estado obligada a luchar, a sufrir, a mentir para salvar mi mente de la absorción? Probablemente no, y agradezco toda la sangre derramada, el veneno inyectado, porque es aquello que me hizo aferrarme al amanecer, al cielo, al aire, a la vida. Porque si no te envenenan jamás se alcanza el antídoto.


El tiempo se consume y en si mismo se congela, El ancla está hechada y una vez más la incertidumbre invade, estar estático y dejar que los caminos se tracen solos o intervenir, destruir para construir un mundo propio, aparte. Existo o fui esculpida para creer que puedo ser algo diferente? Existiré o eso dependerá del aislamiento, de la alienación, de observar otros colores que todavia no asimilé? Y si llegara al punto del autismo, realmente develaría mi esencia o descubriría otras? Dónde está el estado puro? Cómo eliminar los condicionamientos? Cómo ser?


Dónde está y cuál es mi paraiso?

5 comentarios:

Sueños rotos dijo...

excelente entrada.. me hizo pensar en mucho. Gracias por tus entradas siempre tan profundas <3

Nada más importa dijo...

"Quiero conocer hasta dónde soy capaz, ser, haciendo caso omiso a las imposiciones y a las excusas y mentiras en las que estoy obligada a transformar mi realidad. "

Sumamente identificada con esta frase, describiste tal cual lo que yo siento.
Y odio tener sobre mí la palabra "obligación"

lachicadeloskiwis dijo...

Ser, como tú dices, es algo sumamente simple pero poco frecuente. La mayoría sólo existimos por cuerpo, dejamos que nuestro propio y pequeño mundo viva por nosotros, sin darnos cuenta de que para ser hay que abrir los ojos, hay que ver más allá. Aunque... ¿qué significa eso, ver más allá?
Me golpea fuerte la última idea del primer párrafo, tienes toda la razón, hay que sufrir para apreciar la ausencia del dolor, hay que mirar la oscuridad y el vacío en las pupilas para poder vislumbrar la luz.
En general creo que para Ser, para encontrar la esencia de uno mismo, la Libertad en palabras mayores, debemos darnos cuenta de que todo eso lo controlamos nosotros. En el fondo no hay más límites que los que nosotros queramos trazar.
PD, me encanta la música, como siempre.

Rocio dijo...

extrañaba mucho leerte, aca encuentro la paz y las palabras que a veces no me salen decir, son cosas que siempre siento pero a las que no le presto tanta atencion como vos, tal vez... gracias por regalarme eso. Besos Jaz! Y perdon por haber desaparecido!

Rafael Garcia dijo...

Vaya, hacia un buen rato que no me pasaba por tu blog. Veo que sigue siendo tan precioso como siempre. Me ha encantado esta entrada. Como todas las demas! Por cierto, he actualizado mi blog con un nuevo relato, tras un mes sin publicar nada... Pasate si quieres, seras bienvenida! Un beso.

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