jueves, 22 de septiembre de 2011

Volar

Tu dramatismo me hastía, siempre con tu vaso lleno volcando el agua para tener una excusa en la cual refugiarte por estar empapada, tenés todo y a su vez nada porque tus ojos, nublados por esa niebla que proclamás tuya, no te deja admirar el paisaje. Tus lágrimas insulsas me queman, ácidas, finitas en la infinidad de este camino, en el que yo pateo las piedras para abrirme paso y vos simplemente insistís en fijar tu vista en ellas para una vez más pisarlas y caer boca abajo. Fundiéndose en un mar que te invade en su quietud y vos flotás desfalleciendo en la eternidad, sólo flotás, con el eco de sus palabras haciendo presión en tus tímpanos, te explota la cabeza y si no braceás, estática, no pretendas llegar a la orilla. Y he aquí el mayor de los nudos, no pretendés, inundás el mundo de reclamos y querida, la vida no es un cuaderno quejas, nadie te tira un salvavidas cuando ya estás hundida, tenés que nadar y cada vez más rápìdo, o la sal te corroe, te sazona para los tiburones, te congela, hasta que te succiona el maremoto.
 Hasta cuando voy a ser responsable de sostener tu mano y levantarte? Quisera que miraras al espejo y en mis ojos encontraras experiencia, esperanza. Quiero verte crecer y madurar, convertirte en mujer y que sepas luchar con la frente en alto, poniendo la espalda para recibir los golpes que sólo vos tenés que sufrir para elevarte y tomar vuelo. Porque con el viento despeinandote y la espuma del océano acariciándote los pies, concluís en que cada cicatriz cuenta una historia y esas historias son las que te forman y se clavan en tus retinas iluminando cada rincón del mundo en el que elegís vivir. Cada daga es una oportunidad para aprender a ser feliz de una forma distinta y vos concentrada en la sangre que emana, ahogandote en vos misma sin buscar las vendas.

Yo voy a volar, te quedás en tierra firme o desplegás tus alas?


4 comentarios:

Nada más importa dijo...

Intenso.
Duro.
Y por momentos ardiente.

No se si es lo que esperabas transmitir o lo que sentías al darle vida al texto, pero lo sentí como que fueras vos misma hablándote a vos misma, entendes?
Y lo asocio también, al escrito anterior, donde hice referencia al dualidad que sentía que se escondía dentro de la misma persona. Una parte amenazante pero cobarde y la otra decidida y espectante.
Acá es lo mismo.

La parte que ya entendió como viene todo, está a pleno en marcha con su avance, con la libertad, el disfrute de los momentos y el llegar a tocar el cielo.
En cambio la otra, se arrastra y mira el suelo. Se mantiene en la misma y atenta contra la firmeza del equilibrio.

Todo eso, sentí al leerte.
Me encantó, y nuevamente me identifico muchísimo.

Gabriela dijo...

Para algunas personas es tan difícil ver las cosas desde afuera y navegan en su baso de agua.
la vida es corta. No me quiero quedar sin volar.

Alejandra Duffy dijo...

A veces olvidamos hacerlo,pero debemos esforzarnos para poder volar.
Me encantó esta entrada.

El Poeta Maldito dijo...

"cada cicatriz cuenta una historia y esas historias son las que te forman y se clavan en tus retinas iluminando cada rincón del mundo en el que elegís vivir. Cada daga es una oportunidad para aprender a ser feliz de una forma distinta..."

Me encantó esa frase, bah, en general todo. De paso aprovecho ese pedacito para decirte que me parece que la dejaría ahí y después la pregunta, porque lo otro como que volvés a decir algo que ya dijiste antes ¿se entiende? Es un dato de color nomás.

Después me encantó, esas imágenes del mar, relacionándolo todo, está muy bien.

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