jueves, 23 de septiembre de 2010

El tiempo olvida.

Creí que alguna vez habia sido importante para vos, una de las personas más relevantes de tu vida y es que tanto tiempo compartido, tantas risas, llantos, tantas cartas, paseos y secretos... Cada circunstancia se prestaba para hacer pensar eso incluso cada letra que usaste para explicarme tantas cosas. Quizás lo imaginé yo o quizás vos también lo hiciste. Pero me doy cuenta de que la única que contaba sus secretos era yo, lo tuyo solo eran anecdotas minuciosamente detalladas con sabor a misterio. Y todas tus lágrimas que atrapé en mis manos para que no chocaran contra el suelo, y todas las largas conversaciones de madrugada, Las palabras de consuelo. Tantos años. Todo fue una mueca fingida y casi desdeñosa.
Con melancolía viniste hoy a mi memoria y decidí leer todas y cada una de tus notas. Esperaba algo, pero no se qué, algo que al llegar a la última o mejor dicho a la primera, no encontré. En algunas líneas me vi reflejada, pero sin embargo no era yo, no eran para mi ni de mi. Figuraban los nombres de todos, hasta los personajes no solo secundarios sino terciarios, sombras, reflejos, difuminaciones infimas. Dabas cuenta de todo y de todos aquellos a quien conociste, cada persona, cada lugar y cada sensación. De todo menos de mi. Mi nombre no aparecía en ningún lado, salvo en un texto en el que relataste el dia en que prerdí  el hilo, mi cabeza, mi conciencia, el dia en que dejé todo ir. el día en que  arruiné la noche, y ese dia estuviste para mi y me acompañaste y crei que no guardabas ningún rencor. No, rencor no, yo no habia hecho nada malo, solo triste y derramé mi pasado y mi cordura, lo que del ella quedaba,  Derramé mi inconciente en tu hombro y en el agua y vos lo sostuviste. Jamás pensé que después de todo lo que pasé con vos y por vos, ibas a ser justamente quien me pasara factura de eso. Pero efectivamente, en el único lugar donde figuraba una alusión a mi, era en el relato de una caida, después de haber escalado tanto de la mano.
Y aún esta tarde, a veces te recuerdo y te extraño y miro hacia atrás con añoranza en mis ojos.
Necesito nuestras palabras, pero mi nombre no aparecia escrito en ningún rincón. En la nada.

Esta tarde juró dejarla atrás, y la caja voy a quemar.
Mis memorias ya no están. Ya no existe el bien ni el mal.
Solo olvidar.

6 comentarios:

Nada más importa dijo...

He hecho lo mismo. He leído notas donde mi nombre en verdad no importaba y donde mi cuerpo no era el protagonista, las he leído hasta el cansancio. Y aunque mis ojos se cansaron de hacerlo, mi alma, aun late aferrada a ellos.
Aun siento la frialdad en los dedos al no verme reflejada en ello, y aún también, sufro por eso.
Pero no he podido destruirlas, ni ocultarlas, ni dejar de recordarlas. Es mi instinto rebelde, el que quiere volver a ver a travez de ellas, reviviendo todo lo que deberia quedar oculto, quizas, para siempre.

Un placer haber encontrado tu blog.
Te sigo, con mucho gusto.

Un beso enorme!

Jazmín, un gusto. dijo...

Es increible como en el momento no vemos nada

La chica que nadie saca a bailar dijo...

Tu blog también me gusta mucho. Escribís realmente con sentimiento.
Un saludo.

Setzel dijo...

Sal2

loovevictim dijo...

me encanto tu bloggg, nose como llegue, tu entrada perfecta.. cual fue tu receta para olvidar?

Connie Darko dijo...

Lindísimo blog eh :)

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