Llegué a desarrollar una adicción hacia mi almohada. Siempre me fascinó estar sola y disfrutar de mis procesos mentales. Mi cerebro hace juegos que la mayoría de la gente sólo logra con drogas alucinógenas.
Es entonces, cuando cierro mis ojos, que todas mis confusiones se disipan, así también como la necesidad de que mis fantasías sean más que sólo eso y pasen al siguiente nivel de realidad. Podía vivirlas en mi mente y me bastaba soñarlas porque eran lo suficientemente palpables. Mis imaginaciones son tan tangibles, llegan a involucrar mis 5 sentidos, el subconciente, mis memorias olvidadas y datos descartados, hasta el punto de crear un universo onírico paralelo y más verdadero que el otro.
Por cuestiones más externas que internas, me veía imposibilitada para concretar mis más ocultos deseos, pero había encontrado la forma de acercarme tanto como era necesario para llenarme.
De noche sumida en pasajes sinestésicos. De día mis ojos veían guiados por sus anhelos, un mundo perfecto creado de ella para mi, con una recopilación de todos mis días y pensamientos. Me mantuvo satisfecha durante un buen tiempo, un juego eterno. Volví a pintar las paredes con los dedos, sólo que ahora era dificil divisar las paredes, el límite. Pintaba el aire, el oxígeno se teñia de míl colores, sabores y aromas. Melodías armonizadas al ritmo de mis pulsaciones. El muro que moldeaba tenía principio pero su final se perdía en mi horizonte.
De noche sumida en pasajes sinestésicos. De día mis ojos veían guiados por sus anhelos, un mundo perfecto creado de ella para mi, con una recopilación de todos mis días y pensamientos. Me mantuvo satisfecha durante un buen tiempo, un juego eterno. Volví a pintar las paredes con los dedos, sólo que ahora era dificil divisar las paredes, el límite. Pintaba el aire, el oxígeno se teñia de míl colores, sabores y aromas. Melodías armonizadas al ritmo de mis pulsaciones. El muro que moldeaba tenía principio pero su final se perdía en mi horizonte.
La evasión giraba impregnandome las papilas gustativas con su sabor y se escurria como una bola iridiscente por cada fragmento de mi interior hasta finalmente salir despedida como un río lumínico por mi iris.
"Imagenes, ideas, deseos brotaban en mi y me apartaban del mundo exterior, hasta el punto de tener un trato más verdadero y vivo con los sueños que con el mundo verdadero que me rodeaba."
-Sinclair-